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Biblioteca personal de Benjamín Vicuña Mackenna

Objeto del Mes

Biblioteca personal de Benjamín Vicuña Mackenna

Publicado el 02/04/2015
Más de 3.000 textos en diferentes idiomas y sobre variadas temáticas.

Desde pequeño Benjamín Vicuña Mackenna fue un gran lector. Muchas de las ideas que leyó en los libros, las aplicó cuando fue Intendente de Santiago (1872 - 1875).

En el Monumento Histórico, único vestigio original de la Casa Quinta de la familia Vicuña Subercaseaux, se pueden apreciar algunos de los libros pertenecientes a Benjamín Vicuña Mackenna. Este edificio, era su lugar de trabajo, construido en 1872 por el arquitecto Andrés Staimbruck, el mismo que construyó la ermita del Cerro Santa Lucía, donde hoy yacen los restos mortales de Benjamín Vicuña Mackenna, su esposa Victoria Subercaeaux, y su hijo Benjamín Vicuña Subercaseaux. Este lugar fue declarado Monumento Nacional en 1992 y se distingue por su color rosado y balcones blancos.

Benjamín Vicuña Mackenna, a juicio del historiador Cristián Gazmuri "era ya un gran lector, casi un devorador de libros, sobre muchas materias, rasgo que conservaría toda su vida (llegó a leer hasta seis libros en un día), pero, en particular, libros de historia. Según Galdames, en su adolescencia leyó a Lamartine, Chateaubriand, Villemain, Blanc y Mignet y otros; es muy probable que así haya sido. Ya mostraba asimismo, un carácter rebelde e imaginativo y una gran sensibilidad romántica, que no perdería en su madurez".

Los libros que leyó Vicuña Mackenna estaban escritos en francés, inglés, español, alemán, italiano y portugués, y versaban sobre diferentes materias como la historia, la literatura, la religión, la administración y la política, entre otras muchas.

Su biblioteca personal se caracterizaba por contener más de "tres mil volúmenes de material valiosísimo sobre la historia de Hispanoamérica, algunos únicos y de gran valor, recopilados en sus viajes, aun a precio de llevar una subsistencia magra con tal de adquirirlos. Antes de venderlos se limitó a hacer un catálogo, bastante desordenado pero completo, que da fe del tesoro bibliográfico. Por suerte, la mayor parte fue adquirida por el Estado chileno para la biblioteca de la Universidad de Chile. Pero otra proporción se dispersó e, incluso, salió de Chile."

Según Pedro Pablo Figueroa, en su libro "La Sombra del Genio", Benjamín Vicuña Mackenna dividió su biblioteca en seis estantes. En el primero guardó obras de viaje; en el segundo de arte y bellas letras; el tercero contenía enciclopedias en francés; el cuarto, libros de historia en español; el quinto de guerras en inglés y el sexto de memorias en italiano.