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Médicos de Antaño vistos por Benjamín Vicuña Mackenna

Médicos de Antaño del Reino de Chile es una reseña histórica y crítica, escrita por Benjamín Vicuña Mackenna en 1877. Este libro, fuente casi inagotable de datos, anécdotas, detalles costumbristas y cotidianos, trata sobre la medicina durante la Colonia desde la fundación de Hospital del Socorro en 1556, hasta el establecimiento del Tribunal del Protomedicato en 27 de abril de 1830.

"Médicos de Antaño" se estructura en 10 capítulos, de más de 300 páginas en total. Los tres primeros tratan sobre el Hospital del Socorro, la medicina indígena, la ciencia médica de los europeos y los auxiliares de la ciencia médica, respectivamente.

En el cuarto capítulo, Vicuña Mackenna relata la historia de la llegada de los padres capachos a dicho centro hospitalario, su transformación administrativa y el cambio de nombre a San Juan de Dios.

A partir del capítulo sexto del libro se inicia un relato más crítico, describiendo cómo fue la llegada de los médicos latinos a Santiago y el protomedicato latino (funcionario orientado a la acreditación y fiscalización de los médicos y boticarios).

Más adelante, el autor narra la historia de los asilos del siglo XVII (cap. VII), las cinco plagas del siglo XVIII y la vacuna (cap. VIII), la decadencia y el último tercio de la era colonial (cap. IX), finalizando con el Tribunal del Protomedicato (cap. X).

Vicuña Mackenna no se propuso trazar en las páginas de este libro, demasiado breves a su juicio, una completa historia, ni una exhaustiva crítica a la ciencia médica, a la beneficencia y a la caridad pública en Chile, sino más bien quiso ofrecer "una serie de apuntamientos medianamente organizados, sobre lo que han sido en nuestro pais esas instituciones en remotos siglos, a fin de guiarnos en las difíciles esploraciones que el gobierno ha confiado a nuestros esfuerzos" (sic). (Vicuña Mackenna, 1877, p. VII)

Médicos de Antaño en el Reino de Chile es un libro que, desde el punto de vista literario, es ameno y liviano para su lectura, mezcla la historia con un relato ágil, descriptivo, narrativo, siguiendo una línea cronológica. Estas características no fueron exclusivas de esta obra, sino que era el sello del estilo de escritura de Benjamín Vicuña Mackenna, y su español ha sido actualizado en esta versión para facilitar la lectura.

El poeta nicaragüense, Rubén Darío, en el prefacio de la tercera edición de "Médicos de Antaño", define al autor como un "gran político, gran historiador, tribuno, viajero, poeta en prosa, crítico, literato, diarista incomparable, monstruo de la naturaleza. Escribía en francés como un parisiense, y peroraba en inglés como un norteamericano. Tan sabiamente analizaba los detritus y las plantas, corno los poemas y las oberturas. Su cabeza era una enciclopedia. iOh, cerebro prodigioso, donde las ideas no hacían distinción de conocimientos para prodigarse siempre fecundas, siempre amenas y regeneradoras! Fué, sin exageración, el carácter más admirable y la inteligencia más clara de toda la América Latina".( Vicuña Mackenna, 1947, p.8)